El FOTÓGRAFO LUDÓPATA.
Nos cuenta Borges , –en una entrevista que realizó Joaquín Soler 1976– ,que “el poeta es un ser que juega con las palabras”, algo por tanto, aplicable a todas las facetas del hombre. El “homo ludens” lo llevamos en nuestro instinto desde que somos niños , puesto que gran parte de nuestra actividad vital se basa en el juego , en buscar el disfrute , que a fin de cuentas es lograr gran parte de la felicidad. El hombre es un ser que constantemente busca re-crearse, re-hacerse , en otras palabras: EVOLUCIONAR. Cualquier persona que pone pasión, interés y disfrute en una actividad está experimentando lo que el poeta cuando juega con los símbolos del lenguaje. Precisamente, esa evolución , ese interminable juego no deja de ser un adiestramiento , un experimentar , un errar y un acertar. Hasta que llegado un momento, en el que poseemos el control de las reglas básicas del juego , es entonces cuando la evolución nos invita a romper esas reglas , a experimentar con lo ortodoxamente incorrecto , en definitiva, a ir perfilando nuestro estilo personal . Esto lo experimentaron Braque o Juan Gris entre otros, cuando comenzaron a romper las reglas de la tercera dimensión en el plano que hasta entonces ofrecía la perspectiva del renacimiento, se originó entonces lo que conocemos como la mirada Cubista .
Se nos ha enseñado que el aceite y el agua nunca mezclan , que la regla es siempre graso sobre magro, pero nunca magro sobre graso , en otras palabras : en pintura podemos iniciar un cuadro al acrílico y rematarlo con óleo , pero nunca al revés. Sin embargo, en los tratados de Palomino nos encontramos fórmulas de emulsiones que realmente funcionan y contradicen esta regla , emulsiones a base de clara de huevo , o de hiél de buey, fórmulas que los pintores de antaño descubrieron , jugando precisamente a romper esas reglas . Esto me da entrada para hablar del “Tramposo” , el ladrón de guante blanco , del jugador que lleva su carta en la manga , y dado que precisamente domina las reglas, sabe en cada momento cual carta esconder , hoy día el tramposo de casino lo tenemos eclipsado por la figura del “Hacker” informático .
Mi intención es invitarles a una reflexión particular respecto a la fotografía . No voy a extenderme tratando de mostrar que la fotografía es otro juego , con sus herramientas , con sus maquinitas, con sus leyes en consonancia con nuestra herramienta más sofisticada que es el ojo , y con ello “la mirada”. Los hay que coleccionamos herramientas antiguas, los hay que simplemente coleccionan imágenes , quienes jugamos con cámaras sin carrete por el simple gusto de sentir y escuchar el obturador en acción, de activar la palanca de paso de la película , emocionándonos con esa micro sinfonía que los intestinos de la cámara nos proporcionan, no es casual que los sonidos digitales que ofrecen las cámaras actuales cuando accionamos su disparador sean reproducciones de los sonidos emitidos por clásicos obturadores. Un buen amigo, David Alarcón, compuso la banda sonora para un documental sobre Robert Cappa partiendo de grabaciones del sonido que emite el obturador de una vieja Leica . Algunos nos entretenemos con el objetivo, recreándonos en descubrir sutiles rincones de nuestro entorno habitual (ilustracion que presento con este texto), al igual que otros hacen inmersiones submarinas para ver lo que regalan los fondos del mar. La lente del objetivo, nos aporta ese puente a través del cual podemos acceder a una cuarta dimensión de nuestra realidad cotidiana . Expresiones como que : “ la cámara le quiere” , o “ enamora a la cámara” , los escuchamos haciendo referencia a ciertos actores y actrices , o modelos y “modelas” , sencillamente es que a través del objetivo salen a la luz ciertas virtudes estéticas que nuestra visión binocular y cotidiana nos tenia ocultadas, es lo que conocemos como FOTOGENIA. Por supuesto que no es sólo la cámara , sino que detrás siempre está la mirada de un fotógrafo . Ahora bien , la mayoría de las veces esa sorpresa nos llega al situarnos tras ese artilugio de hacer fotos , sólo unos pocos son capaces de anticiparse esa fotogenia sin la necesidad de mirar a través de un visor. Como en todo juego , la experiencia es la que nos activa ciertos mecanismos de intuición en nuestros sentidos.
Pero volvamos a la pintura , al dibujo con la luz que es otra forma de llamar a la fotografía (Photos ,genitivo de Phõs + Graphia) , y retomemos ese principio de “saltarse las reglas” ; cuando , dominadas las nociones básicas surge esa instintiva necesidad de ir más allá de las fronteras de lo “correcto” ,apreciando a el desenfoque, haciendo que éste llegue a ocupar casi la totalidad de nuestra fotografía , o cuando experimentamos que la “sobre” o “sub-exposición” nos adentra en una fotografía mucho más interesante que la “convencional”, cuando optamos por prescindir del trípode para exposiciones prolongadas obteniendo resultados algunas veces más conmovedores. En definitiva : que el camino mas corto entre dos puntos puede ser la línea recta , y no por ello el más interesante .
N.Boronat
Múnich 28 .11.2016