FOTÓGRAFOS EN LA PREHISTORIA : una lección de pintura.

FOTÓGRAFOS EN LA PREHISTORIA : una lección de pintura.

 

Tan antigua como la pintura es la fotografía ,esto no está escrito , simplemente lo opina un servidor .

Puede que en el siglo XIX se produjera ese invento químico que es la emulsión, con el consiguiente desarrollo de los aparatos ingeniados para fabricar fotografías, cierto. Y puede también, que un rayo en la nocturnidad impresionara el sensor en la retina de alguno de los primeros homínidos, registrando una imagen en su memoria , al tiempo que frustrándole por la impotencia de no poder mostrar esa experiencia a sus semejantes. Quién le iba a decir a aquel primer fotógrafo que tardarían unos cuantos miles de años en dar con el invento que haría posible la materialización de aquel mágico instante.

No hay más que darse un paseo por cualquier museo de pintura y contemplar: cómo Bruegel , Rembrandt y El Bosco , o Velázquez y Murillo, etc , todos en alguna medida buscaban apropiarse de ese instante para reproducirlo en el lienzo, congelar un pedazo de historia ,y hacerlo eterno con los recursos de la pintura tradicional, lo mismo que planteará más tarde la joven disciplina fotográfica . Muchos teóricos ,barriendo para casa han pretendido hacernos ver que fue Turner el primero en retratar el movimiento , inspirado al contemplar como variaba el paisaje tras la ventanilla de un tren. Pero no hay mas que irse al cuadro de las hilanderas para cerciorarse que tal reflexión ya estaba más que asumida.

FOTÓGRAFOS EN LA PREHISTORIA : una lección de pintura.

La rueda de tal rueca que pintó Velázquez, no flota, sino que gira a gran velocidad , los radios son una simple veladura, una mezcla de pasta pictórica con algún tipo de gel transparente a base de, esencia de trementina , aceite de linaza y clara de huevo. No más le bastó al pintor para materializar el movimiento , que se manifesta sobre el tablero, tan real como nunca nunca antes lo había hecho, incorporando su símbolo particular a ese código que la fotografía dos siglos mas tarde terminaría apropiándose . El caso es que tan interesante nos supone la aportación de Velázquez , como la de William Turner cuando hablamos de fotografía .

En algún post anterior, me he referido a los dos aspectos antropológicos del fotógrafo: el fotógrafo fiel a la puesta en escena , a los atrezzos , la cámara fija y que sea la escena la que alimente a la fotografía , algo equivalente a un hombre más evolucionado del neolítico que se hace recolector y ganadero. El caso opuesto lo encontramos en la actitud del cazador ,que corresponde a un hombre del paleolítico , comparativamente supondría un fotógrafo bastante dinámico y con una herramienta mas sofisticada tecnológicamente, el caso del reportero de guerra por citar un ejemplo .Este último seria equivalente al caso de Turner , el modelo steadycam ,el pintor viaja en un tren en movimiento y el paisaje que es estático , sólo que por un cambio de los sistemas de referencia -,algo muy sencillo de entender algebra

FOTÓGRAFOS EN LA PREHISTORIA : una lección de pintura.

El hombre conocía la acción de volar, pero tuvo que esperar a finales del S.XIX para inventar de ese artilugio que le permitiese experimentarlo igual que lo hacen los pájaros. Del mismo modo que el pintor de Altamira conocía la fotografía y tuvo también que esperar unos cuantos miles de años a la aparición de la cámara fotográfica. Inventar ese aparato que le permitiese reproducir esas instantáneas que hasta entonces sólo pertenecían a la parcela del pensamiento y en casos puntuales a las habilidades de unos pocos talentosos pintores, los cuales empleaban toda una vida en perfeccionar una técnica y una mirada al servicio de una superficie uniforme y plana como era el lienzo.

Pero insistamos más en esas hilanderas: con facilidad se da por hecho que la rueda de esa rueca gira , y que lo hace a una velocidad que podemos fácilmente intuir,–nuestra experiencia cultural, tradicional nos lo hace pasar por alto–, el caso es que la rueda flota , apenas hay conexión física entre su eje y el aro , los radios han sido eliminados como por arte de magia. Cualquier inquisidor de la época habría enviado al autor de semejante herejía visual a la hoguera. Aún estando la mirada de tales inquisidores contaminada por la tradición, la cultura visual y experiencia acumulada, que hacía entender que una rueda flotante no era producto de una maquiavélica intención sino que era la manifestación más real que nos puede dar el concepto de movimiento.

Si nos situamos en ese mismo museo (El Prado) , en salas cercanas podremos contemplar como ese efecto de velocidad no se da en pintores anteriores, el mismo Bosco o Bruegel nos muestra situaciones de lo más teatrales y dinámicas , pero sin embargo no son capaces de prescindir de esos radios que pintan con meticulosidad, a pesar que se supone no están estáticos . Podríamos pensar que su cámara era mucho más evolucionada que la de Velázquez , que era capaz de obturar a tiempos tan cortos que congelaba la imagen ,que el análisis de Velázquez bien se acercaba más a una de las primeras cámaras con tiempos de obturación de varios segundos , o incluso minutos , o justo lo contrario , que eran visiblemente mucho más ingenuos que el pintor Sevillano en pleno siglo de oro (S.XVII) ,quien dos siglos anteriores a la invención de la fotografía había perfectamente descifrado unos códigos que serían claves en la pintura moderna , algo que hoy atribuimos falsamente a la aparición de la fotografía.

Es fácil que esté equivocado, manteniendo mi afirmación: que no hay pintura anterior a esa rueca de Velázquez en la que se pinte realmente el movimiento como debe ser pintado en lo que acontecemos hoy como “modernidad”. Hace pocas semanas, contemplando un cuadro de Murillo en la Alten Pinakothek de Múnich , caí en que precisamente éste contemporáneo y paisano de Velázquez utilizaba el mismo recurso en sus personajes . Realmente las manos de aquellos pícaros retratados en las calles de Sevilla se mueven , sus dedos se disuelven en el fondo, el desenfoque que pensábamos nos descubrieron las lentes fotográficas lo tenían más que aprendido nuestros pintores sevillanos del Siglo de Oro, las manos de aquellos niños realmente se activan para lanzar los dados.

Más paradójico resulta todo si lo analizamos dentro del panorama religioso europeo de entonces , del protestantismo, de cómo en una cambiante Europa que comenzaba abanderada por el Calvinismo y del Luteranismo se mantenía esas contradicciones en las miradas de sus artistas , y por el contrario los pintores de una España anclada en una supuesta tradición inquisitorial de la Contra-reforma era la que aceptaba sin ningún tipo de objeción aquellas manifestaciones impropias, mas cercanas a la magia como era pintar el movimiento, y la asimilación colectiva de una cuarta dimensión en el plano.

Nani Boronat-Mas

Múnich 15 /03/2017

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