Leica M11-P Safari: sí, es verde. Pero no es solo eso

A estas alturas, Leica ya no necesita convencernos de nada. Sabe lo que hace, sabe a quién se dirige y, sobre todo, sabe cómo despertar ese algo en el estómago que mezcla deseo, respeto y nostalgia. La nueva Leica M11-P Safari es exactamente eso: una cámara que entra por los ojos, pero que también va muy en serio por dentro.

Y sí, es verde. Verde oliva, para ser exactos. Como las míticas Safari de los años 70. Como las que siguen ocupando vitrinas de coleccionistas y mochilas de fotógrafos que aún disparan sin pantalla. Pero esta edición especial no es solo una cara bonita. Bajo ese acabado mate tan reconocible, tenemos una M11-P de verdad, con todo lo que eso implica: precisión, resistencia y una lista de prestaciones que encaja más con un laboratorio que con una cámara clásica.

Diseño que respira historia

Lo primero que llama la atención es el acabado. La parte superior está fabricada en latón macizo lacado en verde oliva mate, combinada con cuero del mismo tono que aporta agarre y coherencia visual. Los botones y diales en plateado, el grabado clásico de Leica, y la ausencia del mítico punto rojo (reemplazado por un discreto tornillo) rematan un diseño que juega con el lujo silencioso, ese que no grita, pero impone.

Por dentro, esta M11-P Safari comparte todo con su hermana “no camuflada”: sensor CMOS BSI de fotograma completo con tecnología Triple Resolution (18, 36 o 60 MP a elegir), 256 GB de memoria interna, visor óptico de telémetro, y pantalla trasera protegida con cristal de zafiro antirreflejos. Además, incluye la tecnología Leica Content Credentials, que firma cada imagen con metadatos inalterables: útil para fotógrafos documentales, periodistas o cualquiera que valore la integridad de la imagen tanto como la imagen en sí.

¿Es esta Leica M11-P Safari para ti? Depende de cómo mires

No es para quien busque una cámara versátil de diario ni para quien mire el precio antes que el obturador: 9.330 euros es el valor de entrada al club Safari. Pero si sabes lo que significa una Leica M, si valoras la artesanía alemana, si te importa tanto la experiencia de disparo como el resultado final… entonces quizá esta edición especial te hable en un idioma que otras cámaras no entienden.

Además, como detalle que suma, la Leica M11-P Safari viene acompañada de una correa de transporte negra y se presenta en un nuevo embalaje sostenible, sin plásticos y con fabricación local en Alemania. Es un conjunto pensado para durar, gustar y dejar huella, aunque no dispares ni una sola foto.

El año Leica, vestido de verde

2025 es un año especial para la marca: se cumplen 100 años desde la Leica I, la cámara que lo empezó todo. Y esta Safari es parte del homenaje. No solo por el color o el diseño vintage, sino por lo que representa: una forma de entender la fotografía donde el equipo no es solo herramienta, también es identidad.

Nuestra prueba de la Leica M11-P

Aunque esta edición verde oliva acaba de salir del horno, la Leica M11-P ya pasó por nuestras manos —y por delante de nuestras cámaras— en su versión estándar. En el canal de YouTube de Fotografiarte le dedicamos una prueba completa, contando lo que ofrece realmente más allá del mito.

Mismo cuerpo, misma filosofía, mismo sensor de 60 megapíxeles y misma experiencia Leica… pero sin el traje de gala Safari. Así que si te pica la curiosidad por saber cómo se comporta esta cámara en uso real, ya sabes dónde verla en acción. Spoiler: nos gustó. Mucho.

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