El operador de «Zeissa». (Fotógrafos sin carnet II)

“El operador de Zeissa” :FOTÓGRAFOS SIN CARNET II:

 

Juanjo pertenece a ese tipo de fotógrafos por quienes yo siento una especial simpatía. En su momento os hablé de Juan Carlos Rubio , a quien calificaba como un “fotógrafo sin carnet”. Hoy pretendo hablar de otro de esos “sin papeles”, un buen amigo por el que he asumido la imposible tarea de hacer salir del armario como fotógrafo , alguien quién prefiere seguir sintiéndose un jubilado profesor de filosofía, y apasionado entre otras cosas por la fotografía. Me tomaré la licencia, aunque sólo sea en este breve espacio, de referirme a él como fotógrafo.

La situación con JJ ha sido siempre muy peculiar, siendo un fotógrafo muy original en todos los aspectos, tanto técnico como estético, incluso a nivel “ritual” diría yo , con una herramienta muy curiosa a la que ha sabido sacar un jugo de lo más delicioso, –no hay más que contemplar los resultados que son algo a lo que muy pocos tenemos acceso–, precisamente éste es uno de los motivos por el que yo particularmente me siento un privilegiado, y más aún cuando hoy me ha permitido referirme a él mostrando incluso algunas de sus fotografías.

Su oficio , siempre me ha parecido que iba por otro lado , –: la docencia , la filosofía y el pensamiento, la introspección y la meditación; lo que precisamente consigue transmitir con sus imágenes , con las que invita a cualquiera a reflexionar sobre multitud de detalles, ahondando en fijaciones que van desde lo más cotidiano hasta lo puramente sublime, rozando incluso lo metafísico. Por ello, él prefiere definirse como un operador de “Isola “, aunque hoy lo sea de “Zeissa”. Su trabajo se limita a ser el portador de una herramienta que él pretende que cobre vida propia, un mero intermediario, un mensajero de la luz.

Procura, según mi criterio ,la utópica idea de eliminar por completo cualquier huella del hombre que fotografía. El mal acuñado término tan de moda en los triller de finales de los 70 que era la “cámara subjetiva” , pero con la particularidad de lograr tal subjetividad manteniendo estática a la propia cámara . Algo muy interesante y propio de una persona sabia, puesto que ese tipo de actitudes son el elemento primordial para acceder a esa otra dimensión que nos hace sentir el carácter espiritual de muchas de sus imágenes, y de la auténtica fotografía como obra de arte. Cuando el interés se muestra ajeno a ciertos avances , indiferente ante continuadas renovaciones de las herramientas fotográficas , sin prestar atención tanto a los medios como a las modas dominantes de las ópticas y de los materiales , las producciones, etc ,…, cuando la mirada mantiene esa pureza e inocencia que a muchos nos lleva toda una vida tratar de alcanzar. Precisamente, y porque mientras a muchos nos ha ido eclipsando la calidad de esos medios y equipos , –lo que hace que suframos una gran perdida de tiempo IRRECUPERABLE, al tiempo que una mirada de lo más pervertida y contaminada por el entorno se apodera de nosotros– , es lo que hace que personas como Juanjo se han aventurado a lanzarse a dibujar con la luz. Equipado con un equipo al que no me atrevería a calificar como rudimentario, puesto que se trata de una auténtica joya, como un Stradivarius que solo es capaz de hablar cuando las manos del maestro se posan sobre él. Con el control y manejo magistral de los únicos tres factores esenciales en la fotografía: el tiempo, diafragma y sensibilidad ; que en Juanjo se traducen en: LUZ-PACIENCIA-SENSIBILIDAD , y no precisamente sensibilidad de emulsión ,sino de corazón.

Le conocí junto a su antigua Isola , una cámara del tipo Brownie de Kodak , a la que había eliminado la lente, en su lugar colocó un material rígido con un orificio de un diámetro previamente calculado para convertirla en lo que muchos conocemos como cámara estenopeica. Los resultados –desde lo que yo conozco– eran sorprendentes , naturalmente que el ritual no se limitaba únicamente a colocar la cámara , los tiempos de exposición debían de ser muy precisos. Por otra parte , la variedad de películas y sensibilidades con que contábamos entonces era tan amplia , que le llevó un tiempo de experimentación y pruebas hasta dar con LA PELÌCULA con la que fotografió durante mucho tiempo ,la Ektar25 de kodak y más tarde la Agfa 50 como él nos cuenta.

Cierto día empezaron a aparecer unas manchas en cada foto que salía de aquella Isola , hasta que el garabato obligado se hizo insoportable , con el uso se habían abierto grietas en las juntas de cámara , y las fotos empezaban a salir todas con veladuras . Fue entonces cuando este “operador” puso fin a su aventura con la “Isola” , haciéndose entonces con los servicios de una vieja Ikonta con objetivo zeiss , de aquellas de fuelle de los años 40. La sometió a su correspondiente proceso quirúrgico para convertirla en estenopeica. Curiosamente el legendario objetivo Zeiss-Tessar que portaba, en este caso no servía para nada , pero fue el que dio nombre a la cámara que acababa de nacer en sus manos. Hoy la “Zeissa” es la herramienta con la que opera.

 

Me resulta difícil seleccionar una sola imagen de las que me ha proporcionado, prefiero presentarlas todas juntas por que se que no tendréis mejor reflexión sobre este tema que la contemplación todas ellas. Considero que ha logrado ,con creces, las calidades estéticas que todo fotógrafo deseamos alcanzar en nuestro trabajo, que realmente esa cámara cobra personalidad y por supuesto que consigue que la figura de su operador se disuelva entre una magia de sensaciones, de frescuras y seducciones que dicha “Zeissa” nos transmite , muchas han sido tomadas en la isla de Gran Canaria (una de las musas de Juanjo), otras documentando jornadas del pintor Antonio López en el Cerro de los Pintores . Aunque, yo particularmente, me siento contaminado por la amistad que nos une, por lo que no puedo ser imparcial a la hora de valorar las imágenes que para mi constituyen auténticos HAIKUS visuales ,pura poesía.

Técnicamente doy fe ,que tal cual han sido extraídas de la película negativa o diapositiva , que no se han sometido a ningún tipo de manipulación infográfica, tan sólo el correspondiente escaneado para poderlas presentar en estos medios y la licencia que un servidor se ha tomado para poner las iniciales JJT (Juan José Tovar) . El hecho de no poseer lente, hace que no exista ningún tipo de filtro, ni el consiguiente tratamiento que se les da a los cristales precisamente para obtener una mayor armonía cromática ,eliminando con ello todas esas mal llamadas aberraciones , que en el caso de sus fotografías constituyen más bien bendiciones cromáticas.

Aquí reproduzco , tal cual una conversación que no hace mucho tuvimos en un intento mío de entrevista , que como suele pasar entre amigos terminó siendo lo que vais a leer, concluimos hablando de los “selfie”.

 

Eres de esas personas que aprecia tanto a la FOTOGRAFIA y al oficio de fotógrafo, que tengo la impresión de que te cuesta sentirte un fotógrafo.

 

–Sí que me he sentido fotógrafo, Nani. Ahora bien, como fotógrafo no he querido hacer otra cosa que fotografías sin pretensiones artísticas. Sí he tenido, en cambio, la pretensión de reducir el acto fotográfico a su pura esencia, incluso en lo que tiene o tuvo de ritual solemne el fotografiar el mundo como un recién llegado a él. O como si este mundo nuestro nunca hubiese sido fotografiado antes o fuese otro distinto y completamente desconocido.

 

Algunas veces que hemos sacado el tema , he querido entender que tu búsqueda consistía en conseguir que fuese la propia cámara la protagonista creadora de la imagen

 

–Los verdaderos protagonistas son la luz y el tiempo. Como sabes el tiempo es el invitado de piedra de la fotografía. Gracias al procedimiento estenopeico pude “descongelarlo”. Que durante la exposición pudiera ocurrir y dejar huella en la película algo que yo no podía previsualizar constituía una de las experiencias básicas de este procedimiento, que podría llamar contemplativo. El último momento del proceso consistía en asumir un resultado no siempre en principio deseable. Es lo que llamaba adopción. Mis fotos eran huérfanas a las que podía adoptar o no. Desde el momento en que las adoptaba incluso sus defectos, por ejemplo algunas veladuras, llegaban a ser tan queridas como si hubiesen sido intencionadas. (Por cierto, con respecto a las veladuras: en algún momento alcanzaron tal tamaño que se me volvieron inaceptables. Y es entonces cuando cambiaba de cámara. He tenido varias Isolas. Y como todas terminaban fallando de la misma manera, adapté finalmente la Zeissa).

 

La cámara, reducida a la mínima expresión de cámara oscura, importaba porque se trataba de ver las cosas no exactamente como mis propios ojos, sino con el suyo. Es decir de mirar con otra mirada, que era la manera de volver a mirar de verdad, de extrañarse frente a las cosas tal como se dan a unos ojos recién abiertos a un mundo nuevo y extraño o misterioso.

 

 

Imagino que con una herramienta de trabajo como Isola , como Zeissa , tu hermandad con un buen fotómetro manual debe ser fundamental

 

–El fotómetro lo usé poco, sólo al principio. Operando siempre con el mismo diafragma y en condiciones de luz casi siempre semejantes no me resultaba difícil calcular los tiempos de exposición. En cuanto a las películas opté por las menos sensibles para gozar de tiempos de exposición más largos. Creo que la primera fue la Ektar 25, luego la Agfa 50, con una saturación color bárbara para los fines a las que yo la destinaba, y así, conforme iban desapareciendo, me veía obligado a operar con tiempos más cortos, es decir con películas más sensibles o rápidas, y asumiendo también colores “más naturales”.

 

Juanjo, ¿alguna batalla que recuerdes realizando alguna de tus fotos?

 

–La que suelo contar es la del pastor de Pezuela de las Torres. Estaba preparando la cámara para montarla en el trípode frente unos de los amontonamientos de piedras que los de por aquí llaman majanos. Se acercaba el pastor con sus ovejas y sentía su curiosidad como una taladradora. Sabía que me iba a preguntar qué veía en esas piedras, pero no podía imaginarme cómo formuló su pregunta: ¿Qué hacemos? A lo que contesté inmediatamente, sin pensarlo: Pues una foto. Sentí después no haber satisfecho su curiosidad con alguna explicación, que merecía la formulación de su pregunta: ¿Que hacemos? Él no quería quedarse fuera, pero creo que era la respuesta justa. Lo demás no se explica: se ve o no se ve.

 

Es curioso , yo tengo una parecida, con mi padre en el dia de mi primera comunión. Ese perro es como el hijo del que tan orgullosos estamos tantos padres. Y hasta alguna de las ovejas están posando , me encanta la foto , parece que tienen bien claro que se les está retratando y ponen sus mejores poses.

 

Posó el pastor con su perro y su rebaño, me las coloco a todas en orden.

 

Como en esos retratos de Velázquez en los que el monarca posa con sus mejores galas y súbditos pero en versión generosa, parece que a nuestro monarca poco le importa su imagen en la foto, él quería a su perro y sus meninas bien guapas. Necesitaba esa foto pero seguro que luego ni se interesó por darte su dirección para que se la mandases. El hecho de sentirse retratado le servía . Es una foto bien digna de estudio sociológico , ¿no crees?

 

–Mas o menos así es como posan los árboles y demás seres naturales. El perro era muy importante para él, casi una proyección de su persona. Ya ves como le hace posar.

 

Quería posar tay y como lo hacen las celebrities, mostrandonos a su familia , su casa , su rebaño y su perro, lo más valioso que posee. El hecho de ques su imagen salga movida ,bien poco le importa , lo importante eran sus ovejas y perro como de primera comunión.

Bien es consciente de que debe mantener inmóvil la cabeza del perro para que salga correctamente , con lo que denota conocimientos básicos de fotografía. Fué, como veo, un director de escena perfecto, todo lo tenía bajo control, hasta el mísmo „cameraman“ se puso a sus órdenes.

 

–Pues para mi la fotografía se reduce a lo que puedes contemplar en esa imagen…o el acto fotográfico del que la imagen final no es más que un resto.

 

Si le dices que no hay carrete , casi que le da lo mismo , el lo que quiere es ser fotografiado por tu „Isola“, ni siquiera se interesó por tener una cópia en papel. Creo que está pareciendo que trato de reírme de él , por favor , para nada , al contrario ,ese pastor me merece todos mis respetos.

 

–Nada de eso. Su pregunta ¿que hacemos? Tiene mucha miga. No pregunta desde fuera, quería estar dentro y comprender. Quería participar y hacer él mismo conmigo…y desde luego cuando posa es tan autor como yo.

Quizá teniamos algo en común en aquellos caminos de Pezuela,,,, y era nuestra soledad. Sentíamos desde lejos, la presencia el uno del otro.

 

 

Bien poco importa lo que tenemos detrás , si la capilla sixtina o las pirámides de Egipto, se trata de un mero decorado ,.,Eso me suena tan actual ,solo faltaba el selfie final del equipo de producción.

Con el bastón del pastor , un palito para el selfie, eso del „palito para el selfie si que es un artilugio para tener encuenta , ¿no crees?

no lo he utilizado nunca, con el móvil no sólo llebas una cámara ,sino que puedes hablar sólo, sin llamar la atención.

 

 

Parece que el Sélfi es una herramienta muy válida para poder decir : „yo he estado ahí“, „He sido testigo „!!!!

 

–Pues ese „yo he estado ahí“ es uno de los motivos más elementales del acto fotográfico. Ha formado parte de mi rutina como operador. Pero como tal operador, lo importante era todo lo demás. De esa manera el acto fotográfico te sitúa ante una realidad que no has inventado tú, lo cual es profundamente liberador.

Es una suerte que haya tantas cosas que nos son humanas. O que no son yo. Sería terrible, si lo piensas, vivir un mundo completamente humanizado. Sin algo más que humanidad y yo, no podríamos respuirar. Y por ahí empieza Dios., que no acaba nunca, porque si acabase tampoco repirariamos.

Algunos fotógrafos se mueven entorno a la autonomía de la imagen fotográfica con respecto a la realidad, yo creo más en la candidez de los primeros tiempos, y por supuesto en la del pastor. Ahora bien, no se trata de atrapar la realidad, sino de contemplarla. Parece que no sabemos ver si no vemos dos veces. Esto es así desde los bisontes de altamira.

 

Mas bien me estaba refiriendo al llamado „selfie“ como fenómeno social , moda pasajera , tampoco sabría donde incluirlo .Digamos que es un tipo de fotografia resultante al servicio de la cámara. Antiguamente el fotógrafo le indicaba a la cámara como hacer la foto , en la actualidad es casi al revés , que las caracteristicas de las cámaras nos obligan a obtener resultados ya impuestos , lo triste es que nos conformamos y no somos conscientes de ello , como pasó con las instantaneas polaroid y con la fiebre Lomográfica.

Me resulta tan chocante , cuando viendo las presentaciones de camaras de última generacion , algunas incluso de alta gama. Ya te las presentan con que la capacidad de rotación de la pantalla sea poder hacerse „selfies“ ,está claro que es por el tema video , pero aclaran que esa opcion es ideal para hacerse „selfies“.

 

–Esa moda conduce al Hastío y a la banalidad. Pero un selfie no es más que un autorretrato. Ahora bien, la gente no se autorretrata para conocerse o extrañarse de si mismos (lo cual es una forma de autoconocimiento), sino para aparentar, es decir, para gustarse gustando.

 

Si, pero precisamente con la distancia y con la focal menos recomendables para salir favorecidos: un angular y bien cerquita , con lo que las curvas, ojeras, papadas,…,todo ese arsenal de efectos „barrilete“ se potencia. Es más un : „yo he estado ahí“ , que un :“ y yo con estos pelos“.

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Soy pintor- escultor de profesión , fotógrafo por oficio acercándome a la tercera década de dedicación a esta apasionante oficio . No he sabido hacer de la fotografía mi profesión puesto que la mirada de pintor que poseo perjudica seriamente a la salud fotográfica.