Hay cámaras que llegan con fuegos artificiales y otras que simplemente vienen a hacer bien el trabajo. La Panasonic Lumix S1II pertenece al segundo grupo. No presume de megapíxeles imposibles ni intenta reinventar la rueda. Lo que hace es coger lo que ya funcionaba y mejorarlo justo donde dolía: grabación, rango dinámico, estabilización y flujo de trabajo. Todo eso que, cuando estás en un rodaje o editando hasta las tantas, marca la diferencia entre una cámara fiable… y una que da ganas de tirarla por la ventana.
Aquí no hay cambio de nombre ni marketing de humo. Sigue siendo una S1, pero ahora con grabación en 6K a 30p 10-bit, ProRes 422 HQ, LUTs en tiempo real, audio a 4 canales y un sensor nuevo de 24,1 MP que exprime hasta el último fotón gracias al Dynamic Range Boost. ¿Suena bien? Pues funciona mejor. Porque esto no va de prometer specs imposibles, sino de grabar, entregar y volver al día siguiente sin dramas.
Eso sí, no llega sola. Hace poco Panasonic presentó la Lumix S1R II, una bestia de los megapíxeles pensada para fotógrafos de alta resolución. Pero la S1 II va a lo práctico: una híbrida de verdad, de esas que puedes llevar a cualquier rodaje, sesión o reportaje sin tener que pedirle permiso al cliente (ni explicarle por qué tu cámara humea si grabas a 60p). Y en 2025, eso ya es mucho decir.
Sensor nuevo, calidad conocida
Panasonic no ha querido inventar otra categoría, pero sí ha decidido ponerse seria con el sensor. La nueva Panasonic Lumix S1II mantiene los 24,1 megapíxeles de su predecesora, pero monta un sensor CMOS full frame con arquitectura parcialmente apilada, lo que mejora —y mucho— la velocidad de lectura, el rendimiento en ráfaga, la capacidad del buffer y, lo que más interesa a muchos: el sistema de enfoque automático.
Sí, es una tecnología que ya hemos visto en la reciente Nikon Z6 III, y no es casualidad. Los sensores parcialmente apilados están empezando a ser la nueva norma para las cámaras híbridas que no quieren parecer de hace tres años. ¿Significa eso que es un stacked puro como en una A9 III? No, pero tampoco cuesta lo que una A9 III. Y aquí el rendimiento está más que a la altura para cualquier trabajo de fotografía rápida, seguimiento en vídeo o escenas de acción sin que el buffer te dé un susto.
Además, el sensor se apoya en el ya conocido sistema Dynamic Range Boost de Panasonic, que trabaja con dos circuitos de ganancia simultáneos para exprimir hasta el último paso de información en luces y sombras. ¿Resultado? Hasta 15 pasos de rango dinámico, ISOs más limpios, mejor comportamiento en escenas difíciles y archivos más flexibles para etalonar sin miedo. En resumen: no hay más píxeles, pero hay mejor sensor. Y eso, a estas alturas, se agradece.
Vídeo sin letra pequeña: 6K, ProRes y hasta ARRI LogC3
Si en la S1 original el vídeo ya apuntaba maneras, la Panasonic Lumix S1 II viene a confirmar que aquí no se graba “porque puede”, se graba en serio. Nada de specs infladas que luego se diluyen en menús escondidos o requerimientos imposibles. Aquí hay 6K en 30p a 10 bits LongGOP, grabación en 5.9K 60p, 4K 120p sin recorte y un abanico de codecs que hacen que esta cámara juegue en primera, aunque no lo diga en voz alta.
¿ProRes? Por supuesto: Apple ProRes 422 HQ y ProRes RAW, grabando directamente en CFexpress tipo B. ¿Log? V-Log, como siempre, pero también ARRI LogC3 (sí, como suena), si pasas por caja y compras el software de activación. No es gratis, pero es real. Y lo que es más importante: funciona, no es un gimmick. Esto, sumado a la opción de grabar con LUTs aplicadas en tiempo real, salida HDMI limpia y grabación proxy, hace que la S1 II se integre sin dramas en cualquier flujo de trabajo profesional, incluso en producciones multicámara o comerciales serias.
Y ya que estamos: sí, la Lumix S1R II también graba vídeo, pero se nota que lo hace por compromiso, no por convicción. 8K 30p, 6K 60p y 4K 120p suenan muy bien… hasta que recuerdas que eso va en un sensor de 47 MP sin apilamiento, con rolling shutter más visible y sin la misma eficiencia en ProRes ni en LUTs directos desde cámara. No es que la S1R II no sirva para vídeo, es que la S1 II está pensada desde el minuto uno para rodar.
Por último, Panasonic no se ha olvidado de quienes graban en anamórfico o necesitan modos nativos en relación de aspecto cine: Cine 4K, 3.3K 4:3, anamórfico 6K, y un menú de ratios y configuraciones de fotogramas que no viene a impresionar con números, sino a cubrir necesidades reales. En resumen: esta S1 II no es una cámara que graba vídeo, es una cámara para grabar vídeo. Y eso ya cambia todo.
Estabilización y audio: más allá del mínimo viable
En la Lumix S1 original, la estabilización ya cumplía con nota para lo que se esperaba en 2019. Pero los tiempos cambian, y hoy el mínimo viable ya no vale si aspiras a grabar en serio a pulso. La nueva Panasonic Lumix S1II mejora el sistema IBIS de 5 ejes en cuerpo, que ahora promete hasta 8 pasos de compensación combinando la estabilización del sensor con la del objetivo. ¿Lo típico que suena bien en papel? Sí. ¿Y en la práctica? Sorprendentemente eficaz, incluso grabando en 6K o haciendo paneos sin ayuda del trípode de confianza.
La clave está en cómo Panasonic ha refinado el algoritmo de compensación y la velocidad del sensor. Frente a la S1, que ya ofrecía una base sólida, aquí se nota una respuesta más suave, menos correcciones bruscas y más control en situaciones reales, no solo en pruebas de laboratorio con el estabilizador sobre raíles. Si grabas documentales, entrevistas o simplemente no quieres cargar con un gimbal cada vez que sales, esta estabilización no sustituye a un operador de steady, pero se le acerca sin pedir dieta.
Y luego está el audio. Porque sí, muchos se olvidan de él, pero el sonido sigue siendo el 50 % de un buen vídeo, aunque los influencers de turno te hablen solo de 8K. La S1 II permite grabación de audio a 4 canales mediante el adaptador XLR2 opcional, lo que te abre la puerta a micros profesionales, mezclas en directo y una captura mucho más flexible. La Lumix S1 original ya ofrecía una entrada XLR básica, pero ahora todo el sistema se integra mejor con los menús, los controles físicos y las opciones de configuración directa desde cámara.
¿Es esto lo que vende más titulares? No. ¿Es lo que marca la diferencia cuando estás grabando entrevistas, sonido ambiente o una pieza en directo? Absolutamente. Porque una buena cámara no solo se mide por cómo graba, sino por cómo te deja trabajar. Y en eso, la S1 II va un paso por delante de su antecesora sin necesidad de presumir de ello.
Montura L, compatibilidad y un 24-60mm f/2.8 muy equilibrado
La Panasonic Lumix S1II, como era de esperar, mantiene la montura L, lo que significa acceso directo a un ecosistema bastante más serio de lo que muchos creen. Entre Panasonic, Sigma y Leica, hay ya más de 60 ópticas nativas disponibles. Y lo mejor: sin necesidad de adaptadores, sin perder funciones, y con resultados que aguantan el tipo tanto en foto como en vídeo. Es decir, una cámara que puedes montar con un Leica de 5.000 € o con un Sigma compacto sin que el cuerpo se inmute.
Pero si lo tuyo es empezar con algo más sensato, Panasonic ha aprovechado para lanzar un nuevo compañero de viaje: el Lumix S 24-60mm f/2.8. Y ojo, porque aquí han hecho algo poco habitual: han diseñado un zoom estándar luminoso que no pesa un kilo y medio ni ocupa medio bolso. Con una apertura constante de f/2.8, este objetivo cubre desde angular hasta un pequeño tele (84º a 40º de ángulo de visión) con solo 544 gramos de peso y 10 centímetros de longitud. Traducido: lo puedes usar a diario sin que te dé pereza sacarlo de la mochila.
El objetivo está construido con 14 elementos en 12 grupos, incluyendo 3 lentes asféricas, 2 ED y una UED para corregir aberraciones cromáticas y mantener nitidez en todo el rango. Tiene un diafragma circular de 9 palas, que da un bokeh más que decente, y enfoque mínimo de solo 19 cm en el extremo angular, lo que permite acercarse bastante más de lo habitual para planos de detalle. La magnificación máxima llega a 0,30x, nada mal para un objetivo sin vocación macro.
¿Estabilizador óptico? No, pero no lo necesita: la Panasonic Lumix S1II se encarga con su IBIS de 8 pasos. ¿Sellado? Por supuesto: resistente al polvo y salpicaduras, preparado para seguir grabando cuando la sesión no se puede posponer por cuatro gotas. ¿Rosca para filtros? De 77 mm, estándar y fácil de encontrar.
En resumen, este 24-60 f/2.8 no va de impresionar con números, va de equilibrar todo lo demás: tamaño, peso, rendimiento y precio. Es justo lo que le faltaba al sistema L-Mount: un objetivo que no se hace notar hasta que ves las tomas. Y entonces sí, lo notas.
Nuestro análisis de la Panasonic Lumix S1II
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