PHOTOAUTORES

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¡Quitémonos de la cabeza eso de ser fotógrafos!, y comencemos plantearnos “ser autores”:¿en qué consiste?;¿como iniciarse en eso llamado “autoría”?
Somos autores desde la primera foto que salió de nuestra primera cámara, –yo iría más allá– puesto que soy de los que opinan que comenzamos a realizar fotos mucho antes de coger una cámara. Es importante convencernos que nuestra propia mirada es la encargada de dar el primer paso, la colección de todas esas imágenes, entre las cuales tan sólo una pocas terminará nuestro criterio considerando como “Fotografía”.

Siempre he creído que mis mejores fotografías las he realizado sin cámara, y muchas de ellas las conservo en ese “álbum mental”. ¿Cuantas veces hemos dejado de disfrutar de un hermoso instante, yendo a buscar nuestro equipo con el empeño de retratar ese momento?. Por experiencia personal, puedo afirmar que en la mayoría de los casos el resultado no puede ser más frustrante; la interrupción de lo que podría haber sido un prolongado momento de magia, desemboca en una armonía completamente mutilada por nuestra ansia y capricho, sintiéndonos poseedores de esas experiencias que la naturaleza nos ofrece; la diferencia está en pensar que nos la regala cuando simplemente nos la presta temporalmente. No se encuentra uno con situaciones de estas todos los días, y muchos pretendemos pulsa ese botón de “stop” para ir a buscar nuestro equipo, para continuar con la mentira haciendo creer a nuestro corazón que la contemplación a través de un visor será mucho mas enriquecedora que la que se nos ofrece para los ojos. Creemos que fabricando ese documento del instante seremos capaces te transmitirlo a quienes no han estado ahí, olvidando que el mejor instrumento para ese fin es nuestra imaginación con necesarias dosis de poesía.. Hemos roto ese momento en el que formábamos parte de una puesta en escena; escena en la que sus verdaderos protagonistas– la naturaleza y el universo– nos nos están invitando honorablemente a participar, donde nuestra presencia aportaba tanta mágica como el espectáculo que teníamos ante los ojos . Pero tristemente, las prisas y la ansiedad por apropiarnos fotográficamente del instante nos han llevado a un resultado que para nada tiene que ver con la realidad que estábamos viviendo en primera persona. No nos engañemos, ningún equipo por muy avanzado que sea podrá reproducir la sensación que una mirada, de un corazón, o si se prefiere de un espíritu; y es que, a una cámara no se le ponen los bellos de punta; tal vez se estimulen sus pixeles ante cambios de temperatura o el consumo de su batería se acelere. La reproducción fotográfica nunca dejara de ser una imagen agradecidamente tuerta o “humanamente irreal” como supone nuestra visión binocular.
Quien haya tenido la oportunidad de experimentar un eclipse de sol, sabrá que una foto del eclipse es lo más insignificante cuando la comparamos con la experiencia de percibir tal acontecimiento en primera persona; los minutos previos con ese sutil descenso de la temperatura, las reacciones y sensaciones que experimentamos en nuestro organismo ,esos pequeños escalofríos; el desconcierto de las aves y demás especies quienes mandan a sus polluelos a la cama ante la confusión horaria; la ligera brisa que se produce ante ese insignificante cambio climático; todo eso es mucho mas intenso, que lo que pueda ser “la foto»  que veremos al día siguiente en la portada de los periódicos.

Nunca dejemos de trazar fotos mentales, no nos privemos de mantener bien abiertos nuestros ojos, y que pongan también tonalidad el resto del nuestros sentidos, saboreemos las fotografías, olfateémoslas y seamos capaces de extraer música de ellas, eduquemos nuestro instinto fotográfico para ser como esas esponjas que absorben todo tipo de sensaciones, generemos así nuestro particular sensor con un billón ISOS y un trillón de pixels.
Desde que un bebé abre por primera vez sus ojos comienza a realizar instantáneas con su mirada, pero no olvidemos que es la vista el último en activarse de los cincos sentidos; antes de ver se escucha , se saborea y se olfatea , antes de mirar se sienten las caricias .
Todos tenemos imágenes y secuencias, de muchos de los primeros momentos de consciencia en nuestra infancia; de alguna manera archivados en nuestro disco duro; que, aun siendo hoy ancianos podemos visualizarlos como bien recientes. ¿Porqué unos se archivan y otros no? ,– eso más bien lo podrían responder las reflexiones del señor Freud –, pero el sentido común de Heráclito nos ha enseñado que: “no se puede bañar uno, dos veces en el mismo río”– , todo fluye y los instantes existen una única vez, y que tampoco son similares para dos personas. Aprendamos pues a mirar, a contemplar y a disfrutar , a alimentarnos de las sensaciones; y de este modo, con toda seguridad, consigamos buenas fotografías.
El primer ejercicio al que se debe enfrentar un autor, es conocerse a si mismo; un poco de auto-psico-análisis; saber cual es su tema se interés; qué tipo de personajes escoge para sus narraciones; qué lugares o qué situaciones ,¿soy de comedia o por el contrario más de drama?; si soy un receptor estático, “ un voyeur”; o más bien, otro actor más deambulando entre bambalinas. Y es que la autoría comienza con nuestra primera imagen tomada; tan sólo una prolongada actividad, un estacionamiento por diferentes –incluso contradictorias– técnicas ,estilos , formatos, conceptos y aplicaciones , ver y entender nuestra fotografía. Todo ello ira poco a poco situando esos posos en nuestra obra que con el tiempo ira confeccionando nuestro estilo personal.
La fotografía no es otra cosa que mirar y seleccionar, para luego someter a una operación de “metamorfosis como escribiría Kafka o de “metamorFótosis” como aplicaría Capa.
Igual que el “cantautor” es un intérprete de sus propias composiciones , el “Fotoautor” , debe hacer lo propio transmitiendo mejor que nadie sus imágenes.

Concluyo con una frase de propina:
“Hay situaciones en las que la foto debe realizarse con la cámara en el estuche”.

Nani Boronat (Munich 3 de septiembre. 2017)

NOTA:  Comienza el curso y esto no es más que una introducción , una pista , un pequeño guiño ante lo que va a ser el seminario sobre el término que yo mismo he acuñado como «FOTOTERAPIA»  Y ESTÉTICA , que muy pronto presentaré. Destinado a todos aquellos que se sienten un tanto despistados ante la búsqueda de su estilo personal. 

Soy pintor- escultor de profesión , fotógrafo por oficio acercándome a la tercera década de dedicación a esta apasionante oficio . No he sabido hacer de la fotografía mi profesión puesto que la mirada de pintor que poseo perjudica seriamente a la salud fotográfica.