«Afirmar que cuando apareció la fotografía se temió por la pintura , eso es no entender la pintura».
«No se puede temer nunca a la fotografía puesto que la pintura incorpora cosas sumamente personales e inefables.»
«Tenía que llegar alguna vez la abstracción para que se supiera de una vez cual es el sitio de la pintura.» .Estas tres afirmaciones las he extraído de una conferencia en la que intervino el pintor Antonio López.
La abstracción supuso la bofetada sensible para restablecer esa dignidad que parecía perder la pintura del XIX a causa de la aparición de la fotografía, aunque fueron los impresionistas quienes se anticiparon.
…y quisiera extrapolar esto a la bofetada actual que parece suponer la revolución digital frente a la era analógica de la fotografía . Al igual que sucedió con el impresionismo , ese primer pellizco lo dio la aparición de la película y procesado de color. El soporte digital, más bien poco ha alterado nuestro modo de mirar fotográficamente, acaso ha sido revolucionario en cuanto al dinamismo, rapidez y economía del proceso ,para obtener resultados casi instantáneamente. En mi opinión , fue la aparición del color la revolución potencial a que se vio sometida la fotografía. El claroscuro ,las escalas de grises tomaban ahora otro valor , una nueva manera de mirar y componer la imagen era necesaria , matices como el del rojo bermellón ya no era traducido a un negro intenso sino a un carmesí más bien luminoso. Es precisamente este ejercicio ,ese juego de traducir y valorar los colores del modelo en función a sus equivalencias en grises lo que continuaba seduciendo y fascinando gran numero de fotógrafos y de pintores . Paradógicamente, se produjo una intensa búsqueda de calidad ,investigación y mejora en los químicos destinados al Blanco y Negro ,tanto a niveles familiares como comerciales ,el color era el avance y la solución para reproducir y mantener los recuerdos , y gracias a este acontecimiento ,al Blanco y Negro se le otorgó una pureza y unas características que hasta el momento le mantenían en una especie de limbo. La aparición del color otorgó una nueva dimensión al Blanco y Negro , se valoraba mucho más el poderio narrativo y expresivo siempre había poseído ,pero pocos eran cocientes de su verdadera magnitud . En definitiva, se le dio y aceptó una dimensión pictórica , y esta la revolución fué en dos sentidos , una revolución tecnológica que supuso la química del color y una revolución humanística al abrir de una vez por todas las puertas de museos y galerías de arte a la imagen fotográfica.
La historia se repite , y algo muy similar esta sucediendo desde la entrada de siglo con respecto a la revolución digital , el medio analógico sigue palpitando y tarde o temprano nos encontraremos con una nueva entrada en escena de esas tiras de celuloide ,– por supuesto que será algo para minorías– , para los nostálgicos que necesitamos seguir sintiendonos poseedores de sustancias físicas y palpables (negativos y diapositivas). Las recientes generaciones están perfectamente inmunizados ante la aceptación de las relaciones binarias que forman el ADN de las computadoras, así como de esas sustancias intocables aunque reales ,que se llaman pixeles ,que se esfuman como por arte de magia cuando apagamos el ordenador, a fin de cuentas darle al botón es como cerrar el álbum de fotos y colocarlo en la estantería . No se si es ,por que aún no terminamos de fiarnos de esa inmortalidad de nos dicen posee el archivo digital que en cualquier momento puede ser abierto. El caso es que bien por cobardía , bien por anticuado, no puede uno dejar de ponerse en alerta ante los posibles riesgos: un simple cortocircuito en la casa , una perdida de la tarjeta de memoria o el que nos roben la cámara o el ordenador . Están muy bien todos esos consejos de las copias de seguridad , los bancos de imágenes etc,. Para mi , nada de eso otorga la frescura y sensación de poder pasar las yemas de nuestros dedos por un papel o celuloide que con el tiempo no deja de envejecer. Cierto que el medio mas seguro para la conservación y difusión es el digital , pero el calor propio de la obra de arte , la cercanía física y contacto , ese juego mental de tratar de traducir los colores a grises , los negativos a positivos , todo eso , creerme que es lo que da esa especie de magia que hace que no dejemos de amar la fotografía . El caso es que con las 20.000 imágenes que puedo poseer en formato digital no he logrado completar aun ningún álbum para mi estantería ,que por otro lado esta repleta de álbumes y archivos de diapositivas que nunca me aburro de jugar contemplándolas.
CLUB