Reflexiones confitadas desde el confinamiento de un fotógrafo
Retomando estos días las notas que llevo preparado desde hace unos meses para un libro-ensayo en el que ando embarcado, no puedo ocultar mi sorpresa al comprobar lo lejano que me quedan todos aquellos textos. En la situación actual de «confinamiento» y con todo el drama implícito en nuestra sociedad a consecuencias del «corona virus» (Covid-19). Uno se plantea: que lo mejor que se puede hacer en estas circunstancias es retomar ciertos hábitos que en su momento me hacían disfrutar sin salir de casa. De modo que : ¡aquí estoy de nuevo! ,con la intención de ofreceros mis paranoias teóricas sobre fotografía; confiando que que al menos a uno de vosotros os sirvan de algo. Como comento en el título, se trata de un «re-cocinado de aquel plato que dejé hace algo más de un año sin sacar del horno; un re-confiTado y reconfortante nuevo postre al que me ha llevado este re-confinamiento. Es un placer escribir nuevamente para todos vosotros y espero, esta vez, lograr el interés para que colaboréis también con vuestros comentarios.
Queda hoy muy lejana, aquella última fotografía tomada el día anterior al confinamiento – (precisamente la que he colocado como portada)– a la que casi que hoy veo como jurásica, de los tiempos del blanco y negro.
Hoy nuestras preocupaciones son otras: los miedos, la percepción, la conciencia; en definitiva, se ha producido una mutación en el humano en general y en el fotógrafo en particular.
La macro-fotografía-electrónica está en auge y, en las portadas de los diarios digitales no hay día en el que no aparezcan imágenes fotografiadas con microscopio electrónico; amén de esos gráficos que coronan todas las portadas de los principales medios de prensa digital a los que yo he calificado como «historiografías de la muerte». “¡la imagen del virus se ha hecho viral !“ y poco han tardado en aparecer los emoticonos y los primeros chistes, tampoco ha faltado ver algún que otro logotipo de esa antipática bolita con ventosas. En pocos días, los dominios con referencias al dichoso virus quedaron registrados y la wikipedia no tardó en incluir al Covid-19 como parte de su tripulación.
Cuando allá por principios de los 90 yo era estudiante de bellas artes, –cuando comenzó mi amistad con Mario Arias: aquel chico de 17 años de la tienda de barrio que me abastecía de material fotográfico–; recuerdo que en la asignatura de fotografía, se nos hablaba del “hongo de los objetivos “ : un parásito que habita en las zonas tropicales y; que una vez se aloja en un las lentes internas de un objetivo, lo mejor que se podía hacer, era deshacerse de él ya que terminaría por contagiar al resto de objetivos de nuestra bolsa. Pero lo cierto es, que nunca, ninguno de aquellos alumnos pudimos ver uno de aquellos hongos de los que el profesor nos hablaba, –seguramente porque ninguno de nosotros terminó siendo reportero del National Geographic–. aunque seguro que en alguna compra de segunda mano (sin garantía) pudimos dar con uno de estos objetivos contaminados.
Los equipos de hoy son bien distintos, con más o menos capacidad para infectarse de este tipo de hongos, o de no hacerlo. Y es que la mutación se ha producido en los equipos más que en los hongos. Las aleaciones de magnesio o los materiales policarbonados y plásticos que sustituyen a aquellos cristales y aceros de antaño, parece que son menos apetitosos para esos bichos tropicales. El problema que se nos presenta es bien distinto: la víctima ya no es el equipo sino el fotógrafo. Fotógrafo de eventos, a día de hoy se siente algo así como un “kamikaze”. Estamos en mayo y, se abre la veda de las comuniones (a diferencia de las bodas y bautizos que se mantienen durante todo el año); –¡¡¡¡permitirme la broma aquellos colegas que cubristeis conflictos!!!!–: casi que muchos, como que preferirían cubrir una guerra dadas las incomodidades y limitaciones a las que parece se van a ver sometidos los fotógrafos de aglomeraciones sociales a partir de ya mismo. Bromas aparte: la situación da mucho para pensar. ¿Como va a darse la situación –no tan lejana– en la que uno sacaba su carné de prensa y entraba en las grandes aglomeraciones de gente, accediendo a la primera linea a base de empujones y acercamientos de choque ganando posiciones?; ¿en qué fase queda pues la vuelta al trabajo del fotógrafo de eventos?– El fútbol, los conciertos, los toros, las fiestas populares, incluso el “callejerismo” (street- photography). La situación es otra, atendiendo a nuevos reglamentos no escritos que van a marcar los códigos de prevención de los fotógrafos especializados en eventos. ¿están ya están en producción las mascarillas y guantes con el “logo” de las distintas marcas fotográficas?; ¿sabemos si nuestros equipos más caros están a prueba de una lluvia de ese gel desinfectante tan común hoy entre nosotros?;los seguros de nuestros equipos:¿incluirán los hoy desconocidos daños causados por esos desinfectantes?, ¿veremos a partir de ahora un mayor uso de teleobjetivos en las bodas? por aquello de mantener las distancias.
Todo es una incógnita. Lo único seguro en estos días es: 1- que tenemos el equipo; y 2- asegurarnos de conservar al cliente. Los únicos modelos con los que contamos estos días son los rincones de nuestra vivienda, nuestros familiares y, con suerte, un balcón o ventana discreta, el evento de los aplausos a las ocho y poco más.
Se suspendió el Photokina 2020, no hay apenas nuevas incorporaciones de productos al mercado; si las hay, a pocos le importa en estos días; a la gran mayoría, las novedades nos han pasado a un segundo plano dentro de nuestras prioridades de interés cotidiano. Pensando que si todo esto nos pilla en un pasado analógico, con el carrete a media carga en la cámara, con algunos de repuesto en la nevera y con los laboratorios cerrados la cosa habría sido bien distinta.
Pero hoy la situación es otra!!! y no hay nada que nos impida sacar provecho de ese equipo que tenemos ahí en algún lugar de nuestra casa; la tarjeta de memoria se puede descargar una vez llena y formatear de nuevo. ¿Motivos? – como diría Sabina «nos sobran los motivos–. Uno de los pintores más grandes del siglo XX (Giorgio Morandi), desarrolló toda su obra pictórica sin salir de su habitación: usando botellas vacías y cafeteras, con cajas de fósforos y con candelabros generó todo un mundo particular que hoy encuentra en los más importantes museos del planeta. Nosotros tenemos un universo de “trastos” en casa, de motivos y de historias que contar con una simple cámara fotográfica. Ahora, mas que nunca, tenemos esa opción de exprimir hasta el máximo las posibilidades de nuestro equipo y de nuestra mirada fotográfica. Revisemos estos días todo nuestro material, nuestros viejos archivos y analicemos bien ¿cómo podríamos mejorar nuestros resultados?, esas pequeñas vueltas de rosca a nuestro estilo personal. Tenemos una oportunidad de oro para hacerlo: contamos con documentales, exposiciones y entrevistas a nuestros más admirados fotógrafos en la red; etc.
Mucho ánimo a todos los lectores. Tras una interrupción de algo mas de un año sin escribir en este foro, me sentía en deuda con vosotros, de modo que por necesidad, mantengo mis reflexiones vivas sobre el apasionante tema que es la fotografía en estos días de confinamiento –(aunque el mío esta siendo algo más permisivo, muchos sabéis que resido en Alemania)–. Aún así, estos días me han servido para reflexionar, más si cabe, sobre el tema. Son muchos ensayos que he acumulado y deseo compartir algunas fracciones de ellos con vosotros. Dentro siempre de esta gran familia que es “fotografiarte”.
Un fuerte abrazo a todos y mi más sincera admiración por el comportamiento ejemplar de la sociedad de mi amado país.
Espero no dejar de atender a esta cita con vosotros , aunque sea una vez al mes.
Muchas Gracias y muchos ánimos !!!
Nani Boronat (Bernardino Boronat)