Texto y Fotos Indicadas : José Manuel Serrano Esparza
Entre el 16 de Febrero (llegada del barco Aramis a Hong-Kong) y el 22 de Septiembre de 1938 (fecha en que regresó a París en avión desde Hong-Kong),
Robert Capa estuvo en China realizando la cobertura fotográfica de la guerra de dicho país con Japón, que había estallado el 7 de Julio de 1937.
El ya internacionalmente famoso fotoperiodista fue enviado por la revista norteamericana Life a la gran nación asiática, e hizo muchísimas fotografías en blanco y negro de diferentes zonas de China (Hankou, Nanchang, Shandon, Xuzhou, Xi´an, Zhengzhou, Tai´erzhuang y Wuhan) utilizando una cámara telemétrica Contax II con objetivo Carl Zeiss Jena Sonnar 5 cm f/2 no revestido.
Pero durante su estancia en China – y ello es uno de los aspectos menos conocidos de su carrera profesional-, Robert Capa expuso las primeras diapositivas Kodachrome de guerra de la Historia.
BAUTISMO KODACHROME DE ROBERT CAPA
16 de Julio de 1938. Walter Bosshard, fotógrafo que está cubriendo, al igual que Capa, la Segunda Guerra Chino-Japonesa para Life, ha conseguido llegar hasta la ciudad de Yan´an (noroeste de China), única zona del país que en esos momentos se halla en manos de las tropas comunistas del VIII Ejército en Ruta de Mao Tse-Tung (la inmensa mayoría de China es controlada todavía por las tropas del general nacionalista Chiang Kai-shek).
Bosshard expone varias películas Kodachrome, de las que Life publica tres imágenes – un retrato de Mao Tse-Tung, un soldado de las tropas comunistas fotografiado posando de modo aislado y un grupo de aproximadamente veinte soldados en posición de firmes con un oficial a la derecha de la imagen y un soldado de espaldas a la cámara que se aproxima al grupo – y ocupan una página completa de su número 8 de agosto de 1938
Bosshard es desde hace años uno de los más reconocidos fotoperiodistas del mundo, con una dilatada experiencia que comenzó con sus reportajes en blanco y negro en el sureste de Asia y China a mediados de los años veinte y que se consolidó durante finales de dicha década y primera mitad de los treinta, con sus excelentes ensayos fotográficos sobre la Coronación de Mohammad Nadir Shah en Afghanistan (1929) – publicado en el Berliner Illustrierte Zeitung -, sus fotografías sobre la vida privada de Mahatma Gandhi y su Marcha de la Sal (1930) -publicadas en el Münchner Illustrierte Presse-, así como su extenso reportaje sobre los riesgos de las tierras altas y desiertos de Asia (1932).
Berliner Illustrierte Zeitung y Münchner Illustrierte Presse, del grupo Ullstein, eran dos revistas señeras del fotoperiodismo europeo, alemán y mundial, donde también colaboraron otros grandísimos fotógrafos de la talla de Erich Salomon, Alfred Eisenstaedt, Felix H. Man, Martin Muncaksi, Otto Umberh «Umbo», Harald Lechenperg, Wolfang Weber, Tim Gidal, Willy Rugge y otros, que potenciaron notablemente la aparición y difusión del fotoperiodismo muy ágil mediante el uso de las nuevas cámaras miniatura Ermanox (formato medio 6 x 4.5 cm), Leica y Contax (formato 24 x 36 mm), que permitían disparar a pulso con rapidez y sin trepidación, obteniendo muy buena definición gracias a la excelente calidad de sus ópticas, lo cual optimizó notablemente el nivel cualitativo de reproducción en las publicaciones ilustradas de la época, incluso en grandes ampliaciones, en sinergia con la impresión duotono y la alta acutancia del revelador Agfa Rodinal, optimizado para resaltar la nitidez en contornos de las imágenes.
Robert Capa caminando a través de una calle de una ciudad china a principios de julio de 1938 durante su estancia en el gran país asiático. Puede apreciarse en la imagen que está visiblemente agotado, sudoroso, al borde de la extenuación, con el brazo izquierdo prácticamente inerte, la boca abierta jadeante, con paso muy lento, la camisa totalmente desabrochada ( con una temperatura de aproximadamente 40º C con enorme nivel de humedad, el pelo desgreñado, los zapatos muy desgastados y llenos de polvo, y en vez de llevar la cámara Contax II colgada del cuello metida en su estuche como era habitual en él, la lleva agarrada con la mano derecha de la correa de transporte a aproximadamente 40 cm del suelo. Tras él avanza el director de cine Joris Ivens. Photo : John Fernhout.
Robert Capa lleva ya cinco meses en China, trabajando habitualmente en condiciones durísimas, con agotadores viajes diarios en tren de muchas horas a distintas ciudades del país, frecuentemente sometido a un calor asfixiante de más de 40º C, abundante polvo, dificultades para simultanear su trabajo como fotógrafo y como asistente de operador de cámara de cine (misión para la que ha sido contratado por Joris Ivens, que está rodando la película The 400 Million), virtual imposibilidad de obtener fotos exclusivas, ya que la mujer de Chiang-Kai-shek obliga a todos los fotoperiodistas a viajar juntos y muy controlados por espías a su servicio, e intenta por todos los medios evitar el rodaje de escenas que muestren la extrema pobreza imperante en la inmensa mayoría de China, o bien metraje o fotografías en que aparezcan tropas comunistas de Mao Tse-Tung, y por si todo ello fuera poco, un laboratorio fotográfico de Hankou había echado a perder un mes antes, durante la fase de secado, con los carretes ya revelados, uno de sus mejores reportajes sobre los campesinos y pescadores que transportaban tropas chinas sobre el río Amarillo, a bordo de balsas hechas con piel de cabra y pequeñas barcas rudimentarias.
Por otra parte, la presencia también en calidad de fotógrafo de Life del propio Walter Bosshard (del que Capa era un gran admirador desde su época berlinesa en Dephot cuando en el verano de 1932, siendo asistente de laboratorio de dicha agencia fotográfica dirigida por Simon Guttman decidió que sería fotógrafo, tras quedar maravillado al ver las hojas de contactos de los rollos de película de 35 mm expuestos por Harald Lechenperg en Punjab, India, durante la boda del futuro Maharajá de Patna y que ocuparía varias páginas de la gran revista ilustrada Die Dame el 15 de Agosto de 1932), constituye un problema añadido, ya que Robert Capa le respeta muchísimo (hasta el punto de que dos meses más tarde, a mediados de Septiembre de 1938, estando todavía en Hankou, tomará la decisión de regresar a París al saber que Walter Bosshard se quedaría para cubrir la batalla y la muy probable subsiguiente captura de la ciudad por las tropas japonesas).
Pero el 19 de Julio de 1938 (seis días antes de marchar a Cantón con Joris Ivens y su operador de cámara John Fernhout),
captando con su cámara Contax II – mientras Joris Ivens y John Fernhout rodaban con cámaras de cine Eyemo de 16 mm y 35 mm- muchas casas ardiendo, abundantes barrios de la ciudad con sus viviendas reducidas prácticamente a la nada – en aquella época en China la inmensa mayoría de casas estaban hechas de madera-, el deambular de los supervivientes aturdidos y atemorizados, algunos bomberos en acción y familias huyendo a bordo de pequeños barcos de pesca.
Cuatro de las dieciocho Kodachromes expuestas por Capa dicho 19 de Julio de 1938 -con un carrete que le prestó Walter Bosshard- fueron publicadas por Life en doble página a todo color, dos meses más tarde, en su número del 17 de Octubre de 1938.
Los fragmentos de imágenes de rodaje del documental The 400 Million correspondientes al 19 de Julio de 1938 y que muestran los devastadores efectos que los bombardeos de los aviones japoneses están produciendo en Hankou, demuestran claramente que tanto ambos cineastas rodando como el propio Capa exponiendo sus películas Kodachrome (además de las muchas otras fotos en blanco y negro que obtuvo ese día), se jugaron la vida para captar dichas imágenes, estando a muy pocos metros de la acción.
TRASCENDENCIA HISTÓRICA
Evidentemente, la inmensa mayoría de la producción fotográfica de Robert Capa durante su carrera profesional fue realizada con películas de blanco y negro de 35 mm, pero además del componente exótico de estas cuatro diapositivas Kodachrome expuestas por Capa en Hankou (China) el 19 de Julio de 1938, no cabe duda de que estas cuatro fotografías en color constituyen el primer ejemplo de uso de la mítica por excelencia emulsión (considerada la mejor de todos los tiempos, tanto por su calidad de imagen, ausencia de grano, impresionante gama de colores y viveza de los mismos, precisión cromática, extraordinaria definición, aún mejor acutancia, soberbio rango tonal y una enorme longevidad) en el ámbito del reportaje de guerra,
apenas año y medio después de su aparición en el mercado en 1936 como película de 35 mm para cámaras fotográficas (las películas Kodachrome habían iniciado su comercialización en 1935 con la aparición de la Kodachrome para cine de 16 mm, tras su invención a mediados de 1934 por Leopold Godowsky Jr and Leopold Mannes, doce años después de las primeras pruebas secretas con un prototipo de emulsión Kodachrome de 16 mm ordenadas por George Eastman).
Las películas Kodachrome de 35 mm expuestas por Capa en China – al igual que las de Walter Bosshard – pertenecen al primer lote de esta emulsión fabricada por Kodak en su factoría de Rochester en el que se había resuelto en gran medida el problema de la decoloración e inestabilidad de colores que afectaba a las películas Kodachrome originales formato 35 mm de 1936 y 1937 (y que según los profundos análisis realizados por los expertos de Kodak, mostrarían abundante desvanecimiento en los colorantes al cabo de diez años, lo cual sería corroborado tras la Segunda Guerra Mundial), y además, con esta nueva Kodachrome de 1938, Rochester estrenaba una nueva forma de proceso inversible más fácil de realizar que el de las películas Kodachrome de 1936 y 1937.
Es decir, desde un punto de vista diacrónico, las películas Kodachrome que Capa expone en China son carretes de la segunda versión de esta legendaria emulsión de 35 mm, con una sensibilidad real de 10 ASA, y que fue la antecesora de la Kodachrome proceso K-11 comercializada entre 1955 y 1962.
Evidentemente, tan baja sensibilidad obliga a Capa a disparar con abundante luz día, pero la cámara telemétrica sin espejo Contax II con objetivo Carl Zeiss Jena Sonnar 5 cm f/2, muy luminoso para la época, diseñado por Ludwig Bertele y el abundante sol que había en Hankou (China) el 19 de Julio de 1938, le permiten tirar a pulso sin trepidación.
El origen de estos carretes Kodachrome 10 ASA que llevó Walter Bosshard a China en 1938, y uno de los cuales fue expuesto por Robert Capa en Hankou, tuvo su génesis en el deseo de Wilson Hicks (director Ejecutivo de la revista Life, que había asignado a Walter Bosshard y Capa para cubrir la Segunda Guerra Chino-Japonesa) y Edward K. Thompson (su brazo derecho y gran editor de fotografías de Life), que deseaban experimentar con la nueva y ya muy famosa película Kodachrome en el ámbito fotoperiodístico.
Walter Bosshard ya había publicado treinta y dos fotografías autocromo «color natural» hechas en las estepas y oasis del Turkestán Chino en el National Geographic número 3, Volumen 59 de Marzo de 1931.
Pero en 1938, la película Kodachrome, ya en una versión muy mejorada y que ofrecía las múltiples virtudes que la harían mundialmente famosa y el referente cualitativo indiscutible durante 75 años, constituía un enorme logro tecnológico y una gran novedad en el sector fotográfico.
Es importante tener en cuenta que en 1938, cuando Capa expone sus cuatro diapositivas Kodachrome de guerra en China, falta todavía un año para que comiencen a hacerse un total de aproximadamente 600 imágenes con película Kodachrome de 35 mm para la Farm Security Administration Project y la OWI de Estados Unidos, entre 1939 y 1945, realizadas por diferentes fotógrafos y con énfasis en las zonas rurales, granjas y fábricas, con excelentes resultados.
En 1938, Life deseaba experimentar a fin de conocer la calidad y capacidad de ampliación en fotomecánica de la película Kodachrome en formato 35 mm expuesta con cámaras telemétricas Leica y Contax en el ámbito fotoperiodístico, un contexto que, debido a los elevados costes de reproducción de imágenes en color y a la plena vigencia del blanco y negro,
que era la elección masiva en las publicaciones ilustradas de aquella época (reservándose el color únicamente para las páginas de anuncios comerciales de empresas importantes, pese a lo cual habría excepciones relevantes, como la famosa fotografía de una mujer en una frutería de Nueva York hecha por Ruth Orkin con Leica de 35 mm y película Kodachrome y que fue portada de la revista Ladies Home Journal de Marzo de 1950), era muy minoritario en aquellos momentos.
Hicks y Thompson -que ya habían realizado una prueba con una página a todo color en el número de Life del 1 de Enero de 1938, tras enviar a fotomecánica una diapositiva Kodachrome, expuesta sobre trípode al amanecer de un día a principios de Diciembre de 1937 en un campo petrolífero, para su reportaje Oil: A Business in the Billion- , querían también comprobar la enorme capacidad de supervivencia de las películas Kodachrome para aguantar indemnes largos períodos de tiempo entre exposición y revelado de película, por lo que China constituía un excelente banco de pruebas
Así pues, a mediados de 1938, Wilson Hicks envió desde Nueva York varios carretes Kodachrome ASA 10, fabricados en Rochester, al fotorreportero suizo a China, y uno de ellos fue el utilizado por Capa en Hankou, si bien ocho días más tarde, ya en Cantón, Robert Capa envió una carta a Leon Daniel, director de la Agencia Pix de Nueva York, pidiéndole diez carretes de Kodachrome e instrucciones de uso, comentando además que se le había ocurrido una idea muy buena para Life utilizando fotografías en color, probablemente algún tipo de suplemento especial sobre la guerra chino-japonesa, ya que Robert Capa, además de ser uno de los grandes de la fotografía de todos los tiempos, alma mater de la Agencia Magnum y uno de los primeros exponentes históricos del fotoperiodismo dinámico en blanco y negro con cámaras miniatura y tiro a pulso, fue también en muchos aspectos un visionario, pionero de la fotografía de guerra en color (también expuso algunas diapositivas Kodachrome de 35 mm durante la Segunda Guerra Mundial, que serían publicadas por las revistas Colliers, Saturday Evening Post y The Illustrated, aunque a diferencia de las de Hankou de 1938, y debido a la muy baja sensibilidad de 12 ASA, no reflejan acción, sino escenas más bien estáticas de aeródromos, buques de guerra, etc, ya que el blanco y negro continuó siendo la elección masivamente utilizada por Capa hasta su muerte en 1954) y que siempre buscó los mejores pagos posibles para él y especialmente para sus compañeros fotógrafos por sus reportajes en las revistas ilustradas de la época, pensamiento que fue la clave de la fundación de la Agencia Magnum en 1947.
Los indicios apuntan claramente a que Robert Capa percibió de forma embrionaria en China en 1938 que en el futuro el color marcaría una nueva era en la fotografía y aportaría a los fotógrafos una opción diferente para afrontar los temas desde nuevos puntos de vista y representar sujetos y situaciones anteriormente desconocidos en este ámbito, algo en lo que muchos años más tarde alcanzarían cotas cenitales Ernst Haas (con su ojo inigualable y su profundísima investigación sobre las películas Kodachrome en simbiosis con intensa luz y color durante los años cincuenta y sesenta) y a partir de los años setenta los eximios creadores del nuevo lenguaje del color como William Eggleston, Stephen Shore, Joel Sternfeld, Joel Meyerowitz y otros, sin olvidar el «Nuevo Fotoperiodismo» , una ruta diferente de la fotografía, con colores muy saturados y uso del claroscuro, representada por figuras como Constantin Manos y Alex Webb, así como el cromatismo ampuloso de Carl de Keyzer, potenciando las composiciones intrincadas y los momentos peculiares.
Por otra parte, desde un punto de vista histórico, las cuatro Kodachromes 35 mm de guerra expuestas por Capa en Hankou el 19 de Julio de 1938 se integran en el amanecer de una nueva etapa fotográfica del color, encarnada por la extraordinaria diapositiva Kodachrome 24 x 36 mm y de la que también formaron parte las Kodachromes 35 mm expuestas entre 1939 y 1945 para el Farm Security Administration y la OWI de Estados Unidos por fotógrafos de gran talla como John Vachon, Marjory Collins, Arthur Rothstein, John Collier, Jack Delano, Russell Lee, Alfred T. Palmer, Marion Post Wolcott, Howard R. Hollem, sin olvidar algunos fotógrafos comerciales como Samuel Gotscho y connoisseurs avanzados como Charles Cushman que utilizaron también película Kodachrome en sus albores.